5 de febrero de 2016 | Atocha-Cercadilla | David Rodríguez

Una vez pasado el ecuador de la competición y a falta de 57 puntos por jugarse, la situación del plantel cordobesista sigue siendo privilegiada. Tras una primera vuelta notable, toca rozar el sobresaliente, pues sólo así se conseguirá el ansiado objetivo.

El papel de Oltra ha sido destacadísimo. Un míster con dilatada experiencia que ha sabido no sólo armar un equipo respetado en el campo, sino también un grupo humano sin fisuras aparentes, a diferencia de los mercenarios de la etapa anterior.

Pero, para bien o para mal, la pelotita es la que manda. Y en las últimas semanas no ha sido muy generosa que digamos con los blanquiverdes (también por deméritos propios). Un mes de enero en el que tres derrotas ante equipos al alza (Mirandés, Valladolid, Leganés) no compensaron los seis puntos obtenidos ante históricos en horas bajas (Mallorca y Almería). Un mes de enero en el que han aparecido dudas en el banquillo y en el césped. Un mes de enero en el que se cerró la ventana de los fichajes con una única incorporación, el jugador "apátrida", Eddy.

Estamos ante un par de meses decisivos para seguir en la senda del ascenso o por el contrario ver cómo se distancian algunos en pos del objetivo. Calendario no precisamente cómodo en este febrero (dos salidas puñeteras a Alcorcón y Ponferrada) y la visita de dos "cocos" (Zaragoza y Osasuna) para medir realmente las posibilidades del equipo de Oltra.

La siesta ha durado varias semanas. Es hora de reaccionar ante la mala racha de resultados. Se ha apretado la clasificación por arriba y cada vez son más los inquilinos que optan por subir a Primera. Dependemos de nosotros mismos. Nuestro peor rival, la suficiencia, la confianza, el pensar que esto va a ser fácil. Y de eso nada. Seguro que los más pesimistas empiezan a revivir la temporada de Berges-Esnáider. Paciencia. Aún queda mucho, pero... despierten, señores.