Colorín, colorado...

29 de abril de 2015 | Atocha-Cercadilla | David Rodríguez

Este cuento ahora sí que ha acabado. El enésimo ridículo de la era Romero (2 de 21 puntos) en jornada intersemanal, antesala del responso que oficiará el FC Barcelona el próximo sábado en Arcanfield. Como diría Amador Rivas… “¡Ay, mai!” Y es que la que se avecina...

Se podrían llenar miles de líneas como objeto de análisis de la esperpéntica temporada del regreso. Pero no. Ahorraremos calificativos. Ni un palo a jugadores, entrenador o directiva. Demasiado castigo llevan ya en sus huesos, aunque claro, el deshonor de engrosar un descenso en las particulares hojas de servicio se lo pasará alguno por el forro o por las mismísimas pelotas (sí, sí, ésas que han brillado por su ausencia a lo largo de 9 meses), como si no fuera con él. Discúlpenme si utilizo un lenguaje ofensivo, pero es que a veces el cuerpo te pide largar improperios. Y creo que bastante me he mordido la lengua a lo largo de las diferentes entradas de esta columna de opinión.

Pensemos en el próximo ejercicio, el del retorno a categoría de plata. Adiós a la parrilla prime time y bienvenidos aquellos minutos de compromiso en las diferentes televisiones nacionales y las retransmisiones huérfanas y descafeinadas. Mi punto de partida no estaría en la búsqueda urgente de un buen entrenador, que desde luego es muy importante. Como diría aquel programa ochentero “Si yo fuera presidente”, comenzaría por la recuperación de sensaciones. Y eso pasa principalmente por la reconquista de la afición para así alcanzar un estado de idilio mutuo (si es que alguna vez lo hubo).

Los índices de popularidad del Consejo de Administración del Córdoba CF SAD están bajo mínimos a día de hoy. Digamos que al nivel de los guarismos de la media anual de San Petesburgo o Novosibirk, en la escala Celsius. Los resultados deportivos y la política de desprotección del abonado han calado negativamente en la afición. No se puede estar alternando rosas y hostias continuamente. Te pongo el abono tirado de precio para Segunda (y gratis si se sube) y te machaco con la visita del Barça (no me vale aquello de los precios fijados desde agosto). Más sentimiento, menos “business”... y mano izquierda.