La situación del Lucena es preocupante tanto deportivamente como en lo institucional. Los dos ámbitos van de la mano y a la vista está el resultado, ninguno va bien. Sin embargo, no deja de ser llamativo como aparecen las nubes de nuevo sobre un horizonte que parecía empezar a despejarse.
En lo deportivo se comenzaba a ver la luz poco a poco y la afición soñaba de nuevo con una permanencia que parecía imposible semanas atrás. La fortaleza en el Ciudad de Lucena unida a la primera victoria a domicilio de la temporada daban motivos para ello. También el mercado de invierno que parece que arrojó una plantilla remozada y de mayor nivel ayudó a ello.
En lo institucional, todo parecía arreglado para que la temporada se salvase sin problemas y que incluso se redujese deuda. El presupuesto podría estar salvado con las aportaciones del Ayuntamiento, ya pactadas, y con el acuerdo con un patrocinador, el mayor de la historia del club. Así, pese a las penurias que se han pasado, la situación se reconduciría hacia un final feliz.
El problema mayor y el que más preocupa es como señalaba LucenaHoy el impago producido a la Seguridad Social. La falta de liquidez provocó que no se atendiesen los pagos que el club tenía que hacer a dicho organismo por una deuda que había sido fraccionada para su satisfacción. Al producirse los impagos, el ente público ha requerido la totalidad de la deuda y junto a otros acreedores han embargado las entradas de dinero en el Lucena. Así pues, el Lucena está bloqueado técnicamente. Sobre el papel, hay dinero para salvar la temporada, pero si no se logra un nuevo acuerdo con la Seguridad Social y otros acreedores para desbloquear la situación, el futuro se dibuja muy negro para la entidad celeste.
