Miguel Ángel Pacheco da la única vuelta al ruedo en Sevilla

8 de junio de 2018 | Toros | patiodecuadrillas.com

La poca colaboración del ganado marca la cuarta novillada de abono

La cuarta novillada del abono sevillano registró una sola vuelta al ruedo a cargo de Miguel Ángel Pacheco, que fue a la postre el novillero más destacado de una tarde-noche en la que no colaboró el ganado de Dolores Rufino. Sus compañeros de cartel, Jesús Muñoz y Calerito, también se fueron de vacío sin muchas opciones en sus lotes.

Se lidiaron novillos de Dolores Rufino, bien presentados pero de escaso juego. Se dejaron algo más primero y cuarto.

Miguel Ángel Pacheco, silencio tras aviso y vuelta tras aviso.
Jesús Muñoz, silencio tras aviso y silencio.
Juan P. García 'Calerito', ovación y silencio tras aviso. 

Se guardó un minuto de silencio en memoria de Manuel Lozano Hernández, abonado más veterano de la plaza.

Miguel Ángel Pacheco brindó el primero al público y se lució en el comienzo de faena y en las primeras series con la derecha, sonando la música. Por el izquierdo el novillo se quedó más corto y bajó la intensidad de la faena. Se había agotado pronto el de Dolores Rufino. Mató de estocada trasera.

Pacheco recibió al cuarto toreando a la verónica de rodillas y del mismo modo comenzó la faena de muleta. Comenzó ligando bien con la derecha y al venir a menos el novillo se esforzó por mantener el tono de la faena ante un animal sin entrega. Mató de estocada fulminante y dio la vuelta al ruedo.

Jesús Muñoz, ante el segundo, sosito y algo tardo, logró los mejores momentos con la derecha pero sin lograr que la faena remontara vuelo. A pesar de su inexperiencia puso voluntad ante un enemigo a menos.

Tampoco tuvo mucha colaboración Jesús Muñoz en el quinto, un novillo que no humillaba y embestía sin clase. Lo intentó el de La Puebla sin poder brillar. Mató de estocada efectiva.

Calerito se fue a portagayola a recibir al tercero, toreando bien a la verónica, ganando terreno y rematando en los medios. El novillo echó el freno muy pronto y apenas dejó al novillero lucirse. Lo hizo en algunos momentos al natural e insistió hasta apurarlo en una labor meritoria pero sin brillo.

Calerito volvió a la puerta de chiqueros en el sexto en gesto de entrega. Tuvo trabajo el picador José Maria Expósito, que estuvo muy bien con un astado encastado en manso que más tarde puso en jaque a los banderilleros. Calerito comenzó la faena con dos pases cambiados por la espalda y a partir de ahí el novillo embistió siempre a la defensiva con la cabeza por las nubes, impidiendo el lucimiento.