La pesadilla terminó y toca comenzar desde cero

3 de mayo de 2015 | | José Manuel Serrano

El Córdoba es oficialmente equipo de Segunda. Una temporada para olvidar deja muy tocada a la fiel afición blanquiverde. Se debe trabajar desde ya en la plantilla del próximo curso.

El sábado se certificó el descenso a Segunda División. La humillante y terrorífica derrota por 0-8 ante el Fútbol Club Barcelona dejó al Córdoba a falta del sello que puso el Deportivo de la Coruña por la noche con su empate en Riazor. Pese a la oficialidad producida en las últimas horas, lo cierto es que la sensación de estar fuera de cualquier lucha por la salvación venía desde muy atrás. Los partidos jugados en el Nuevo Arcángel contra Almería o Getafe, ambos con remontadas visitantes en pocos minutos, fueron dos muestras clarísimas de que el milagro no iba a existir.


La tarde del adiós a la máxima categoría empezó con un estadio ribereño teñido de blaugrana y vítores hacia los rivales. Desde el primer momento se sabía que las opciones eran mínimas y el medio día impuesto por el club blanquiverde terminó de rematar el ambiente. La entrada no fue ni mucho menos positiva y cada puñalada que daba el Barcelona en forma de gol era un pequeño golpe de realidad que hacía ver lo lejos que ha estado el Córdoba de ser un equipo competitivo en la Liga BBVA. Algunos jugadores del plantel pasaron en semanas de ser absolutamente idolatrados a señalados por sus salidas nocturnas y su bajo rendimiento sobre el césped. La sintonía entre la hinchada y los futbolistas cordobesistas fue desafinando a marchas forzadas hasta que los pitos se convirtieron en el único hilo musical que les acompañaba en sus envites.


Fidel y Crespo, dos de los hombres que a priori continuarán la temporada que viene, hablaron sobre la actitud de la afición al término del encuentro y reconocieron que se merecían que en determinados instantes les hubieran “dado la espalda”. Mientras tanto, los cedidos que llegaron a la entidad tanto en el mercado de verano como en el de invierno volverán a sus clubes de origen con un descenso en su carrera. Salvo Krhin, que se ganó al público por la valentía y pudonor, y Edimar, quien declaró que no le importaría seguir en la Liga Adelante con el Córdoba, el resto se dedicó a dejar pasar los días.


¿Y ahora qué? Quedan tres jornadas en Primera frente a Granada, Rayo y Eibar. Íñigo López apeló al trabajo y al orgullo para intentar sumar si se pudieran los 9 puntos para acabar con una cifra no tan ridícula en la tabla. Sin embargo, el conjunto califal debería trabajar desde ya en preparar el regreso a la élite. Como ya dijimos con anterioridad, José Ángel Crespo continuará tras hacerse efectiva la opción de compra existente en su contrato. Habrá que esperar para ver lo que ocurre finalmente con Florin Andone o los cedidos que tiene el equipo en otras escuadras. Xisco ha demostrado en el Mallorca que el olfato goleador lo conserva. Samu de los Reyes está rindiendo a buen nivel en el lateral izquierdo de la Llagostera. Bernardo está contando con minutos en el Racing de Santander en la lucha de los cántabros por no bajar a Segunda “B”. Son solo tres ejemplos de lo que podría volver a la plantilla para la campaña siguiente.


Pese a que José Antonio Romero no continuará en el banquillo del Córdoba, ayer en rueda de prensa declaró que si el equipo quiere volver a repetir las cotas a las que ha llegado debe existir unión y trabajo de todos. Los gritos contra la directiva se han convertido en un hecho para nada aislado, ya que desde hace varios partidos en casa se han realizado. Volver a encauzar el sentimiento que llegó a su éxtasis en aquel junio de 2014 será complicado por el devenir de los acontecimientos y los problemas existentes a lo largo de todo el año. Solo queda la opción de remar en la misma dirección para que la estancia en Segunda se convierta en un paso atrás para tomar impulso y que esta pesadilla vivida no se vuelva a repetir jamás. El primer objetivo será que no pasen más de cuatro décadas para el retorno.