Javi Lara, el regreso del hijo pródigo

Pese a estar acostumbrado a enfrentarse a estadios con miles de enfervorecidos seguidores, un cosquilleo recorrió el estómago de Javi Lara en la mañana del Viernes de Dolores. Aprovechando el pequeño parón liguero debido a los compromisos internaciones de la selección española, el montoreño acudió fiel a la cita con su pueblo. Y más en Semana Santa. No podía faltar.

No fue, sin embargo, una visita cualquiera. Ni mucho menos. Más de 15 años después de abandonarlo, Lara volvía al que fue su colegio, el CEIP Epora. Poco tardaron en rodearlo los más de 400 alumnos del centro educativo, los cuales vivieron un último día de clase previo a las vacaciones, salida procesinal incluida, que recordarán durante mucho tiempo. "Sigue prácticamente igual que antes, aunque las pistas deportivas están mucho mejor que cuando yo jugaba en ellas", comentaba el centrocampista de la SD Eibar, algo sorprendido debido al revuelo que causó su presencia. La chavalería, animada por la cercanía del futbolista, mimó a su referente en el plano deportivo. Los autógrafos, fotografías y abrazos de los chicos y chicas fueron una constante.

En una rueda de prensa improvisada -muchas de las preguntas sacaron una sonrisa al bueno de Javi- los jóvenes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano detalles de la trayectoria deportiva del montoreño, el cual apenas permanecerá 48 horas en su localidad natal. "El calendario manda y el tramo final de competición se acerca. Seguro que esta extraordinaria experiencia me dará fuerzas para lo que resta de temporada. Al verme rodeado por los niños y niñas se me ha puesto el vello de punta, ha sido fantástico, inolvidable. Solo tengo, una vez más, palabras de agradecimiento para mi pueblo", recalcó un Lara visiblemente emocionado. Sin lugar a dudas, uno de sus mejores partidos del año.