0-1. Empieza con sonrisa
27 de julio de 2014 | | Nacho Serrano
Un solitario tanto de Havenaar, finalizando el duelo, dio la victoria al conjunto blanquiverde en su debut, a pesar de adolecer de frescura y ritmo durante los noventa minutos
Fin a la primera comparecencia. El Córdoba ganó en el estreno tras el regreso a Primera División sin mucho brillo, pero con la eficacia que ya mostraba en el tramo final de temporada en la división de plata. Porque, a pesar de mostrar ciertas pinceladas durante la primera mitad, lo cierto es que los blanquiverdes ofrecieron mucho orden pero poca frescura, algo habitual en el tramo estival que se presenta durante los primeros días de entrenamiento. Tuvo que ser Havenaar, en su cualidad más destacada, quien otorgara la primera sonrisa del verano para el conjunto cordobesista.
El primer acto fue el de las intenciones. Ferrer, que comparecía con cinco nuevos futbolistas con respecto a los que ya estaban a sus órdenes el curso anterior (Deivid, Uxío, Ekeng, Adri Cuevas y Matos), presentó un equipo que llevara a cabo las líneas sobre las que quiere trazar su nueva ruta; esto es, posesión y salida limpia desde atrás. Claro que, en el primer acto, apenas sirvió para generar peligro, pues, si bien es cierto que el conjunto cordobesista dominó el balón y lo que acontecía sobre el verde, no lo es menos que las ocasiones brillaron por su ausencia.
Pudo ser distinto, eso sí, si el colegiado hubiese acertado en dos ocasiones con un mismo protagonista: Matos. El brasileño, de lo más destacado durante el primer periodo, fue el actor principal de dos jugadas que bien pudieron marcar el desarrollo del choque. Porque, en primera instancia, fue blocado cuando ya encaraba la meta de Toni en el primer minuto de juego (el colegiado no mostró cartulina) y, llegado al ecuador del primer tiempo, fue derribado por el guardameta marbellí, pero el árbitro dejó seguir.
Antes, al cuarto de hora de juego, fue Xisco el que tuvo la mejor opción visitante tras rematar cerca del palo un saque de esquina botado por Abel. No obstante, fueron solos fuegos de artificio en una primera parte en la que el Marbella asomó con cierta inquietud en dos ocasiones, merced a Airam y Rubiato, pero Juan Carlos apenas pasó agobios.
Tras la reanudación, el ritmo no mejoró. Y es que, a pesar de que el técnico catalán intentó dar más frescura con hasta siete sustituciones (serían ocho más adelante, cuando comparecía en el Municipal el japonés Havenaar), el Córdoba siguió mostrándose lento y sin ideas, si bien no sorprendía al tratarse del primer envite de la pretemporada y después de seis días de duras sesiones físicas.
Sin embargo, poco cambió el equipo de Albert Ferrer, que empezó a variar en sus intenciones buscando un fútbol más directo sobre el delantero nipón, así como las llegadas por los costados de Fidel y Fede, quienes aún evidenciaron la falta de ritmo a pesar de ser dos de los que están llamados a ser los faros sobre los que se guíe el juego ofensivo del cuadro blanquiverde.
Así, y cuando menos pasaba… pasó. Y, como actor principal, el ariete nipón. Primero, tras errar solo en el área una buena ocasión que se le presentó en su pierna zurda y, cinco minutos después, al cabecear a la red el primer tanto del Córdoba tras el regreso a Primera División. Incluso, el cuadro blanquiverde pudo aumentar la renta un minuto después, pero Fede Cartabia no acertó en su intento de vaselina cuando ya encaraba a Reina. De ahí al final, el Córdoba no pasó apuros, limitándose a guardar la posesión y cerrar la primera victoria tras el retorno a la máxima categoría.
MARBELLA F.C.: Toni; Gabi Ramos, Aguza, Garrido, José Mari; Nacho Matador, Emi; Airam, Nabil, Segura; Rubiato
También jugaron: José, Marcos Ruiz, Reina, Álex, Edi, Nereo, Añón, Hermosa, Sergio Narváez, Carlos Portero, Gonzalo y Pepe del Río
CÓRDOBA C.F.: Juan Carlos; Campabadal, Deivid, Uxío, Raúl Bravo; Ekeng, Abel; Matos, Adri Cuevas, López Silva; Xisco
También jugaron: Villanueva, Bouzón, Pinillos, Luso, Garai, Fidel, Fede y Havenaar
INCIDENCIAS: Primer encuentro de la pretemporada cordobesista disputado en el Estadio Municipal de Marbella ante 1.500 espectadores, con nutrida representación cordobesa en las gradas