La polisemia de las lágrimas

21 de diciembre de 2014 | | Javier Morales

Las lágrimas están asociadas a la pena. A los malos momentos. Pero no siempre es así. Las lágrimas derramadas por jugadores, cuerpo técnico y hasta directivos al final del partido ante La Roda, atestiguan que las lágrimas son polisémicas. Las que vertieron ayer hombres como Pepe Díaz, Serafín Gil y hasta Javier Martí servían para exteriorizar la rabia contenida por todo lo pasado desde que los problemas aterrizaron en el Lucena. Las lágrimas significaban no sólo una explosión de rabia, suponían también júbilo por una victoria que se merecían. Significaban el alcanzar una cima de una montaña que hubo que reescalar hasta la cumbre a dos minutos para el final.

Y es que hablando de polisemias y de distintos signficados, no todas las victorias saben igual. Hay triunfos que pese a que tengan menos trascendencia deportiva que otros saben mucho mejor. Porque suponen salvar una situación límite. Como lo es la del Lucena. Los jugadores lucentinos saltaron al césped sabiendo que iban a sufrir. Que viven rodeados de problemas y que en el verde tendrían más. Pero eran diferentes. Ellos con su trabajo, su esfuerzo y su sacrificio podían solventarlos. Eran unos problemas que podían liquidar sin intervención de terceros. Y por ello querían ganar para obtener un victoria personal, para gritar y abrir una boca que cierran con demasiada frecuencia para apretar los dientes y tirar para adelante cuando encajan un nuevo golpe.

Sabían que iban a sufrir. Durante la semana no pudieron entrenar bien. El estado físico no era el mejor y ni eso les frenó. Aparecieron los calambres, las problemas físicos, pero ni por esas dejaron de correr. Los aplausos de una escasa pero volcada afición con los suyos y "los vamos chaval" de Sefi, un entrenador que sigue viendo los partidos desde la grada, eran la gasolina que necesitaban unos jugadores que se van de vacaciones con un futuro incierto, pero al menos con una alegría que demuestra que las lágrimas y las victorias son polisémicas.

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