Impotente empate que no lleva a ningún lado (3-3)

15 de febrero de 2020 | Fútbol Sala | Pau Castillejo

Un espectacular Paniagua amarga la fiesta cordobesa tras irse venciendo por 3-1 al descanso

El Córdoba recibía a un Peñíscola que venía de perder dos partidos seguidos, al igual que los locales. Las dinámicas eran malas y el descenso empezaba a asomarse. Mucho nerviosismo en ambos conjuntos que buscaban ganar para llegar al tramo final de la temporada con los deberes hechos y con tranquilidad.

Arrancaba el partido con una baja intensidad, antes de llegar al primer minuto de juego llegaría el susto en las gradas de Vista Alegre, Paniagua, el futbolista más habilidoso de los visitantes estrellaba un balón en el poste. A los tres minutos de juego empezaba el baile de cambios con un cuarteto totalmente nuevo que introducía Maca. A raíz de estos cambios empezaba a cambiar la onda del encuentro, un Córdoba mucho más incisivo empezaba a amenazar con peligro la  puerta visitante, hasta que cuando se cumplía el minuto ocho de partido llegaba el primer tanto del encuentro, un saque lateral de Del Moral lo recibía liberado Koseky que sin pensárselo dos veces disparaba cruzado haciendo imposible la estirada de Molina. Este gol obligaba a Juan Luis Alonso a pedir su primer tiempo muerto para revertir la situación, y así fue. El Peñíscola llegaba cada vez con más frecuencia y empezaban a sufrir los del Patrimonio, en el minuto 12 y viendo que el partido se iba de las manos, Maca pide un tiempo muerto que de poco sirve, pues nada más volver de esta interrupción llegaría el empate. Un centrochut de Josiko desde la izquierda lo aprovecha Paniagua llegando completamente solo en el segundo palo para empujar el cuero al fondo de las mallas.

No obstante, duró poco la alegría, pues a los veinte segundos iba a llegar la euforia local con un Cristian, guardameta del Córdoba, maradoniano que recogía un balón largo del Peñíscola y tiraba de autoridad para irse de dos defensores y ceder el gol en bandeja a Jesús Rodríguez. Con el 2-1 en el marcador los locales querían matar el partido y empezar a dejar correr el reloj, aprovechando las que tuvieran para aumentar la ventaja, y así fua a falta de un minuto para el descanso cuando Cesar marcaría un golazo de falta directa aprovechando el amago de tiro de su compañero. Se llegaba al descanso con el marcador de 3-1 y con unas sensaciones muy positivas.

La segunda mitad iba a tener un color y una tónica completamente diferente, nada más arrancar los últimos veinte minutos de partido Paniagua de nuevo, iba a recortar diferencias con un disparo cruzado al que no puede hacer nada el portero local. Tras este 3-2 que se reflejaba en el luminoso se empezaba a oler el miedo en el pabellón cordobés y los castellonenses se venían arriba viendo que quedaba toda la segunda parte para poder llevarse algo de Andalucía. Iban pasando los minutos sin grandes incidencias, a falta de cinco minutos la victoria estaba en la punta de los dedos de los locales, pero en el 36’ Paniagua volvería a anotar, esta vez para empatar el encuentro y dejarnos cinco minutos de infarto.

Con este empate se entraba también en el último minuto dónde los tiempos muertos eran pedidos por jugada, el Córdoba lo intentaba en este último minuto con portero-jugador, pero el destino no quiso brindar una victoria a la afición cordobesa, así que se llegaba al final del encuentro con un 3-3 que no dejaba contentos a ninguno, puesto que ambos conjuntos tuvieron la oportunidad de llevarse el gato al agua.