Más que una victoria
Aunque no lo pareciera por lo visto durante los 90 minutos, la victoria ante el Elche era tremendamente importante. La jornada no invitaba a la relajación y un tropezón se traducía en puestos de descenso. Menos mal que se consiguió, y se consiguió como solo sabe hacerlo el Córdoba: con un sufrimiento irónicamente placentero. Siendo sincero, ya estaba pensando cómo podía relacionar lo del Titanic (a la misma hora en Telecinco) con este partido. Por suerte, todo se queda en el tintero.
Dime con quién andas…
… y te diré quién eres. Junto a Deivid, Rodas es un gran central que, sin llegar al nivel de un coloso, es capaz de hacer las cosas decentemente; y encima, si se tercia, te saca las castañas del fuego. Haciendo algo que ni Cristiano ha hecho, el defensa dio tres puntos vitales a los suyos con una chilena que no fue estética, pero poco importa. Por último, un consejo para Carrión de cara a lo que resta de liga: obliga a Rodas a mudarse a casa de Deivid para que vayan juntos hasta al baño, todo lo que se le pueda pegar es poco.
Lo mismo, pero diferente
Esta temporada, el Córdoba ha sufrido dos lesiones graves de dos de sus defensas: Deivid y Cisma. Resulta curioso que la afición se volcase a más no poder con uno de ellos, contando los días para su regreso, mientras que da la sensación que la lesión del otro no importa demasiado al cordobesismo. Y la situación es la misma: defensa en cuadro y equipo en aprietos. Sin embargo, siendo lo mismo, es diferente. Resulta curioso, o quizás no tanto.
La mala suerte es interminable
Aún es pronto para hablar, pero lo de Piovaccari tenía una pinta feísima en directo. Por su cara y por cómo salió del campo, parece que será otro jugador más perdido para la causa por una lesión duradera. Lo peor de todo es que da la sensación de que es un jugador muy válido, y ningún entrenador ha sido capaz de darle una oportunidad. Pero vayamos a lo que importa: ahora mismo hay dos fichas libres que deberían ser reemplazadas para un tramo de vital importancia. Al menos, eso es lo que haría un club serio.
Llegó la unión
Pedían unión, y al fin ha llegado, aunque no de la manera esperada por el club. Esta semana se ponía en marcha la plataforma CCF Somos Nosotros y, en los aledaños del estadio, se repartían numerosos panfletos para darse a conocer. Es hora de hacer que las cosas cambien y el Córdoba vuelva a ser un equipo de fútbol, no una empresa más. La unión ha llegado, el cordobesismo se moviliza. Lo pedido por los González y cía se ha hecho realidad, estarán contentos, ¿no?