Un apasionante final de 2016

Con el último día de noviembre se puso fin a una racha de dos meses nefastos en los que –con la excepción del choque del 12 de octubre en Cádiz de Copa (1-2)- el Córdoba había sido incapaz de ganar. El partido ante el Málaga, el primero de la era Carrión, cerró una etapa y dio –o eso se espera- pie a otra. Se le preguntó al técnico catalán que cuántos puntos firmaba antes del final de 2016 y, como no podía ser de otro modo, contestó que nueve. Los nueve de los tres partidos que quedaban.

Ya lleva tres con los de Reus, pero las dos próximas citas van a ser tan o más complicadas que la del Municipal. El domingo a las cuatro de la tarde amenaza El Arcángel un Cádiz que no se parece a aquél al que derrotara con solvencia el conjunto blanquiverde a domicilio. Los de Cervera, a quien en octubre se pensaba en despedir, apenas han perdido uno de los últimos ocho encuentros y han pasado de mirar con pánico al descenso a vivir en zona de play-off. El 3-0 frente al Zaragoza de esta última jornada demostró su gran estado de juego.

El penúltimo compromiso de los blanquiverdes en 2016 será en el ilustre Carlos Tartiere frente a un Real Oviedo que, si bien es cierto que a domicilio está sufriendo extrañas goleadas, en su campo apenas ha cedido una derrota (0-1) precisamente frente al Reus. Con el 1-0 logrado ante el Nàstic los asturianos conservaron su puesto de play-off. Son quintos.

Para cerrar el año, la vuelta de los dieciseisavos de Copa en La Rosaleda. Con el 2-0 logrado, los cordobesistas que se desplacen a la capital de la Costa del Sol podrían vivir una bonita fiesta si la clasificación coincide con la reafirmación de la mejoría en Liga.