Todos juntos nos caímos y juntos nos levantaremos para lograr el ascenso

23 de agosto de 2015 | Liga 1,2,3 | José Manuel Serrano

El papel de la grada en el choque del sábado demuestra una vez más que el Córdoba tiene gran parte de su mayor activo en sus aficionados. El éxtasis llegó con el gol de Fidel.

“Juntos hemos caído y juntos nos levantaremos”. Así rezaba el espectacular tifo que realizaron los Incondicionales y que brilló con luz propia en el Fondo Norte del Nuevo Arcángel minutos antes de arrancar la Liga Adelante. Después de un año horrible en el que la ilusión fue pisoteada y ninguneada por quienes se creyeron estrellas del balompié, el Córdoba empezó a labrar el objetivo del ascenso a Primera gracias a la excelente comunión entre la grada y el campo.


Cuando el Arcángel ruge, el rival tiene poco que hacer


Como es habitual, el himno sonó en el estadio califal con una fuerza que contagió a los hombres de José Luis Oltra. Es imposible no ponerse en pie para disfrutar y entonar la maravillosa letra de Queco para meterse de lleno en el partido. Incluso Luis Carrión lo hizo cerca de la zona de prensa. Todo ello demostraba que iba a ser vital que todos pusieran de su parte para que las cosas salieran como se desean. Y ese ánimo pudo verse en los primeros instantes del choque. Los blanquiverdes salieron a por todos ante un Real Valladolid que empezó a contemporizar las diversas acometidas locales y aprovechaba los errores a balón parado de los cordobesistas para montar contras. El papel de Rodri por la diestra y Mojica por la siniestra fue de lo más destacado a medida que pasaban los minutos.


Las ocasiones brillaban por su ausencia, pero la presión que ejercía el conjunto andaluz sobre la meta defendida por Kepa valió para que antes de la recta final del primer acto se pudiera tener confianza en que el resultado podría ser favorable. Aunque, como no podía ser de otra forma al ver el nivel del rival, el susto se produjo cuando Marcelo Silva cabeceó sin oposición a la portería de Razak y, por suerte, el cancerbero se encontró con la pelota. El descanso llegó y en líneas generales se estaba haciendo un buen trabajo. El portero africano había puesto su valentía, la defensa su experiencia, las bandas desparpajo con un Nando García que no le perdía la cara a nada y el ataque, pundonor y lucha con Xisco y Florin.


En la reanudación sí fueron algo mejores los de Garitano. El técnico vasco, un señor dentro y fuera del campo, no tuvo reparos en admitir posteriormente que el Córdoba mereció el triunfo. Ese triunfo se forjó a base de esfuerzo y la calidad que surgió de las botas de Fidel. Oltra lo cogió en la banda y le dijo “gáname el partido”. Dicho y hecho. El onubense dejó por el camino a varios defensores para entrar en el área y batir a Kepa con un tiro cruzado ante el que nada pudo hacer. La piña que se formó en la celebración y el estallido de júbilo del “Reino” no podrá ser olvidada en mucho tiempo.


El grupo de animación de Fondo Norte iba a tener razón cuando Areces Franco pitó el final: “juntos caímos pero juntos nos levantaremos”. Seguro que esa frase se hará fuerte a lo largo de la dura y ardua campaña que le espera a la entidad presidida por Carlos González. El vestuario confía en que se puede y el primer paso está dado. Ahora toca refrendar las sensaciones frente al Leganés.


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