Toca encomendarse a lo divino

Una más, una menos

Pasan las jornadas y el panorama cada vez es más pesimista. El Córdoba no da señales de vida y el camino a Segunda B se va allanando. Un equipo sin ocasiones, un equipo sin alma, un equipo sin nada. No hay solución (o no parece haberla) y se van agotando las oportunidades. El futuro pinta negro y a los de arriba parece no importarle. Es hora de encomendarse a lo divino; rece al dios en el que crea, la ocasión lo requiere.

Carrioff

Es un secreto a voces. Carrión será el siguiente en ser devorado por esa máquina tritura-entrenadores y vendrá otro. ¿Quién? Siguiendo el plan a coste 0, le tocaría a Losada. Demasiado injusto todo, pero es lo que hay. Él lo intentó, pero la plantilla no da para más. Las segundas partes, casi todas, acabaron de sentenciarlo. Salvo sorpresa, no lo esperen ante el Huesca.

Secuestro express

Florín se dejó ver con los jugadores del Córdoba el sábado y decidió ir a ver el partido al Anxo Carro, lo que provocó que la afición blanquiverde se deshiciera en lágrimas. ¿Nadie ha pensado que no habría estado nada mal secuestrarlo (solo un ratillo) e infiltrarlo ante el Lugo? No por el Córdoba, sino por el propio Florín, para que no perdiese la forma al estar una semana sin jugar. Eran todo ventajas, lástima que nadie lo entendiese a tiempo.

La ley del ex

El fútbol tiene varias leyes irremediables; la del ex es una de las que nunca falla y, lamentablemente, el Córdoba tenía enfrente a dos exjugadores. Joselu, al que no se le recuerda absolutamente nada en El Arcángel, ahora es pichichi de Segunda y fue el encargado de matar al Córdoba; Fede Vico, cordobés y canterano, fue un puñal por la banda izquierda mientras pudo. Lo dicho, irremediable.

Decepción absoluta

El lunes se cerró el mercado de fichajes con tan solo tres caras nuevas: Javi Lara, Bíttolo y Aguza. Por lo visto, no hacía falta fichar a un central porque en un partido no se recibieron goles. Por lo visto, no hacía falta fichar a un delantero porque con dos delanteros (sin gol) les basta y les sobra. Por lo visto, nadie entiende de fútbol excepto los encargados de fichar. Solo queda esperar que tengan razón, aunque no parece que la tengan.