Tan igual, tan diferente

Que el Córdoba peleará de forma inmediata por eludir el descenso a Segunda División B es una realidad que presenta una contundencia evidente. Porque, tras la derrota en Sabadell y, a tenor de lo que dicta la clasificación, los de Albert Ferrer siguen teniendo la mira impositiva de ascenso a cinco puntos, uno más que la semana pasada. La zona caliente, de momento, se mantiene en la franja de los dos puntos, gracias a la derrota de la Ponferradina en Tenerife (5-0).

Además, la jornada fue propicia para evitar más sustos, pues ninguno de los nuevos colegas de objetivo consiguió arañar una victoria, siendo el empate para Hércules, Jaén y Alcorcón (estos dos últimos se enfrentaban entre sí), el mayor botín que pudieron rascar de sus encuentros en el fin de semana. De otro lado, las derrotas de Girona (3-1 en Gijón) y Alavés (2-1 frente al Barcelona B), empiezan a descolgar y desahogar en dos puestos esa tenue zona que amenaza a muchos.

Mirandés y Real Madrid Castilla (con 38 puntos), así como Córdoba y Zaragoza (39), no respondieron a lo que se les demandaba, dejándole sus derrotas en una situación más que comprometida.

No es una situación nueva para el cordobesismo esta que se presenta. Sin ir más lejos, el año pasado marzo fue testigo del declive de un equipo que había esbozado, incluso, opciones reales de ascenso directo durante el mes de febrero. El equipo se cayó y desde la cúpula se remató, destituyendo a Rafa Berges y probando con un experimento como Esnáider que salió rana y no sufrió, precisamente, por tener un colchón del que ahora no disponen los blanquiverdes.

Y es que, si nos atenemos a qué ocurría en la misma jornada de la campaña anterior (31), los datos no dejaban lugar a la duda, situando al Córdoba en tierra de nadie, obviando sus opciones por lo alto pero sin preocuparle en exceso lo que venía por detrás. Porque, tras concluir aquella jornada, en la que los blanquiverdes firmaron una desastrosa actuación que les hizo caer (4-0) en Valdebebas, el equipo de Rafa Berges contaba con 44 puntos (los mismos que hoy darían opción a disputar el play off), a siete de Las Palmas, conjunto que marcaba la promoción.

Por abajo, el Huesca, con 32, fijaba el límite, por lo que doce eran los puntos de colchón con los que contaba un conjunto que aún mantenía un discurso parecido al de este año, si bien en ese momento se podía entender como lógico ya que, a pesar de las distancias, aún se situaba más cerca una meta que otra. Este curso la realidad es otra, aunque el empeño esté puesto en obviarlo. El Murcia ya se otea en el horizonte.