Suspenso en una primera vuelta de campeonato para olvidar

7 de enero de 2018 | Liga 1,2,3 | Antonio García

El Córdoba CF, vigésimo con 16 puntos, buscará atar en la segunda parte de liga una permanencia que tiene a siete puntos. La fragilidad defensiva, calvario de un equipo que necesita refuerzos

Punto y final a una primera vuelta de competición con una nota muy clara para el Córdoba: suspenso. Los blanquiverdes, vigésimos pero igualados a 16 puntos con el Lorca y el Sevilla Atlético, si quieren seguir en la categoría de plata el próximo curso, tienen mucho que mejorar en una segunda parte de competición que arrancará el próximo domingo ante el Cádiz (Ramón de Carranza, 16:00). De momento, el conjunto cordobesista está a siete puntos de la permanencia tras cerrarse la jornada 21. Las victorias del Almería y del Gimnàstic y el postrero empate final de la Cultural Leonesa, equipo que queda a las puertas de la zona de descenso con 23 puntos, alejan de cinco a siete la zona de salvación para los cordobesistas.

Tras disputarse las 21 primeras jornadas ligueras, es hora de hacer balance pero éste no puede ser más caótico. Tras una catarata de fichajes realizada en verano –incluso se apostó por traspasos- y una pretemporada inmaculada, todo se truncó a las primeras de cambio. El Cádiz, próximo rival, fue el primero que heló al cordobesismo tras llevarse los puntos de El Arcángel. A pesar de 0-3 en Albacete, los de Luis Carrión cayeron de nuevo en casa ante el Zaragoza (1-2). La fragilidad defensiva empezaba a dañar a un CCF que no carburaba en el arranque de la competición. De hecho, la vida siguió igual, pese a que llegase alguna que otra victoria más. Los problemas en defensa tumbaron pronto el proyecto. Luis Carrión, que salvó los muebles tras perder en Valladolid, terminó su etapa pocas jornadas después tras perder en casa ante el Gimnàstic (1-5).

Ahí se puso manos a la obra el club para buscar a un técnico que cambiese la mala dinámica del equipo. Tras la negativa de Baraja, Juan Merino se hizo con los mandos de un CCF tocado. El de La Línea de la Concepción debutó en la jornada 11 con derrota en el Carlos Tartiere ante el Oviedo (2-0). El problema era claro: la fragilidad defensiva. Merino intentó taponar la sangría de goles, que no lo logró nunca. De hecho, el equipo perdió incluso en ataque. Tras perder ante el Lorca, el técnico gaditano empezó a estar en entredicho. El vestuario no confiaba en él y los resultados no llegaban. De hecho, Merino no logró ninguna victoria en los siete partidos que estuvo al frente del equipo. En esas siete citas, sólo logró tres empates (Numancia, Sevilla Atlético y Cultural Leonesa), lo que llevó al CCF a tocar fondo en la clasificación.

Tras perder ante el Huesca en El Alcoraz (3-1), Merino fue destituido por la entidad blanquiverde, que apostó por Jorge Romero –primero de forma interina- mientras los rumores de venta de la propiedad por parte de la familia González eran cada vez más notorios. El preparador cordobés debutó en la jornada 18 ante el Rayo Vallecano. De nuevo se apostó por tener el balón y el equipo parece que se encuentra más cómodo así. Tras empatar ante el Rayo Vallecano (2-2) –tercera cita que no se aprovechaba la ventaja en el marcador-, el CCF perdió en Almería. Sin embargo, los blanquiverdes despidieron 2017 con una goleada para la esperanza ante el Reus (5-0). Además, ese mismo día se hizo oficial la venta del club, que pasará a manos de Jesús León y Luis Oliver tras el visto bueno de Carlos González. De hecho, esta semana –miércoles- parece que será clave para el traspaso final de poderes –antes de la junta extraordinaria del próximo día 22-. Incluso se prevé que los nuevos propietarios, que presenciaron el encuentro del filial ante el Extremadura en El Arcángel, atiendan a los medios de comunicación en una rueda de prensa.

Volviendo al plano deportivo, tras sumar el equipo cuatro puntos de los últimos nueve con Jorge Romero, el 2018 arrancó con derrota del equipo ante el Sporting (3-2). Entre las notas positivas está la idea de juego que está implantando el técnico cordobés, pero el mayor problema sigue siendo la fragilidad en defensa. De hecho, con 39 goles encajados, el conjunto blanquiverde tiene la peor defensa de la categoría de plata. Y eso que este verano se reforzó la zaga, con la llegada de Josema, Joao Afonso, Fernández, Loureiro, Pinillos y Noblejas. Ninguno ha dado la talla esperado y sólo Caro permanece del curso pasado.

Con los datos en la mano, el objetivo en esta segunda vuelta de competición pasa por atar la permanencia. Un reto complicado que podrá ser posible si el equipo se refuerza durante este mercado invernal. Jesús León y Luis Oliver tienen trabajo por delante. De momento, sólo queda mirar al choque del domingo ante el Cádiz, un rival que lleva desde el 21 de octubre sin perder y que recibe a un cuadro blanquiverde que lleva un punto de 30 a domicilio en los últimos partidos. Ante esta tesitura, mucho tiene que mejorar el CCF para obrar el milagro de la salvación en Segunda División.