Soporífero empate a nada

Alguien debería intervenir

Partidos así, a la hora de la siesta, deberían estar prohibidos por ley. Lo visto en El Arcángel entre Córdoba y Numancia no tiene nombre, pero sí mérito, dicho sea todo de paso: hacer aburrido e insufrible un deporte tan apasionante como el fútbol es digno de estudio. Lo único que se celebró en el estadio fueron los goles que se producían a 786.9km de distancia, tan comprensible como propio de un equipo pequeño. Esto resume el panorama a la perfección.

No hay pólvora

Por increíble que parezca, el Córdoba salió con dos delanteros puros y no fue capaz de disparar ni una sola vez entre los tres palos aunqe, para qué engañarnos, el resto del equipo tampoco es que contribuyese demasiado. Para ser realistas, hay que decir que el partido podría haberse jugado perfectamente sin porteros, tanto para un lado como para otro. Los numantinos que busquen sus problemas, el de los nuestros parece bastante claro: no es que la pólvora esté mojada, es que no hay siquiera pólvora.

Siguen fomentando la unión

Es tiempo de unión, todo el cordobesismo lo sabe; pero, por si hubiera algún despistado, el club se ha empeñado en demostrarlo jornada tras jornada. Hoy, para fomentar este sentimiento común, la policía decidió requisar el bombo de Incondicionales. ¿Por qué? Les dijeron que el reflejo molestaba en el palco y que tenían que parar pero, por lo visto, la versión oficial dice que el reflejo molestaba a los jugadores del Numancia y al plano de televisión. Increíble. Hay cosas que solo pasan en El Arcángel.

Semana tranquila

A diferencia de la pasada, esta semana ha estado escasa de movimiento alrededor del equipo. Lo más destacado ha sido el vídeo sobre el nuevo director deportivo y las directrices que seguirá a partir de ahora el Córdoba. Por lo visto, en tres años habrá diez canteranos en el primer equipo y se harán fichajes que den un salto de calidad. Lo primero ya se prometió en 2012, y el único canterano es Javi Lara, que vino como vino. En cuanto a lo segundo, no me lo creeré hasta que se demuestre lo contrario.