Si no mejoran los errores de siempre, la salvación es imposible
1 de mayo de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz
El empate ante el colista evidenció vicios que lastraron al Córdoba toda la temporada. Nulos en ataque, torpes en defensa y sin personalidad para mantener un marcador
El Córdoba bajará si no cambia ciertos conceptos básicos en el fútbol y en los que lleva fallando desde su descenso a Segunda en 2015. Ni Oltra ni Carrión han sabido corregir esos defectos que cuestan carísimo y que son, por otra parte, esenciales en equipos solventes. Todos los errores –horrores- de este Córdoba que lucha por no bajar a Segunda B se apreciaron a la perfección ante el colista Mirandés en un orden traumático por repetitivo para los cordobesistas.
Falta de tino
El Córdoba –especialmente en casa- suele empezar con fuerza. Generalmente entrando por el costado izquierdo –Pedro Ríos lleva una temporada muy floja con la excepción de la eliminatoria ante el Málaga- el equipo blanquiverde es capaz de generar peligro… que rara vez suele terminar en gol. La falta de puntería con sus hombres de ataque le convierte en el tercer equipo menos anotador de la categoría. En los primeros veinte minutos ante el Mirandés el Córdoba pudo haber marcado un par de veces, pero al descanso el marcador seguía sin moverse. Tuvo que ser el lateral Caro quien colara un centro de Javi Lara con el muslo después de que Moha Traoré hiciera una clara falta sobre Quintanilla. Luego ya no existió el Córdoba en ataque. Apenas en un partido en Liga el conjunto blanquiverde ha ganado por más de un tanto (2-0 al Nàstic).
Defensa poco expeditiva
Cuando el Córdoba comenzó a sufrir por no encajar, el Mirandés empezó a sacarle las vergüenzas. Caro no daba abasto por su carril y los dos centrales no fueron capaces de tirar bien el fuera de juego. El conjunto de Alfaro pudo haber marcado tres goles antes del definitivo de Urko Vera, en el que Deivid no le vigila bien. El Córdoba tiene dos laterales a los que le cuesta defender –sobre todo porque Caro ha bailado entre el puesto de central y el de lateral y porque Antoñito y Bíttolo son más bien extremos- y dos centrales que no terminan de funcionar, pero indiscutibles porque no tienen sustitutos. Apenas en nueve partidos ha conseguido el Córdoba dejar al rival a cero. Fuera de casa nunca lo ha logrado con Carrión en el banquillo en Liga. Sí en Copa ante el Alcorcón (circunstancia que motivó que no se firmara a otro central).
Malos finales
Salvo en contadas excepciones –goles ante el Alcorcón o el Elche- el Córdoba termina muy mal los partidos. Bien sea porque los jugadores no se dosifican o bien porque los cambios no son los adecuados, los blanquiverdes sufren ante los finales cuando se acerca el pitido final. Ante el Mirandés el empate llegó en la última acción, pero en semanas precedentes tanto el Mallorca como el Almería como el Elche pudieron haber castigado con dureza el decaimiento de los de Luis Carrión. Si lo psicológico influye, mejor no pensar en cómo les pueden temblar las piernas en estas seis últimas semanas si el equipo regresa este mismo lunes a zona de descenso.