Repaso a un año para el Córdoba C.F. (I). La cuesta de enero de tres meses de 2016
25 de diciembre de 2016 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz
El equipo blanquiverde comenzó el año en zona de ascenso directo y con seis puntos de renta sobre el séptimo que desperdició después de no reforzarse en el mercado invernal
Iniciamos aquí un repaso en tres capítulos a lo que ha sido el año que está a punto de terminar para el Córdoba C.F. Un año en el que el cordobesismo se ha movido entre la amargura a la que invitaban los encuentros en el estadio de El Arcángel y las ilusiones puntuales, casi siempre vinculadas a grandes exhibiciones de jugadores y a la unión de un grupo que siempre ha demostrado –tanto en la 15-16 como en la presente campaña- unidad y compromiso.
Empezó el Córdoba 2016 segundo con 33 puntos (8 más que a estas alturas con un partido más disputado). Por encima de los blanquiverdes únicamente estaba el Alavés de Bordalás, aunque con los mismos puntos. Por debajo, el Oviedo estaba a dos, Osasuna a tres, el Nàstic a cuatro, el Alcorcón a cinco y el primero que se quedaba fuera del play-off –el posteriormente imparable Leganés- a seis.
El primer encuentro de 2016, por mucho que midiera a los de Oltra con el siempre peligroso a domicilio Mirandés, parecía asequible para un equipo que hasta ese momento se estaba comportando impecablemente en El Arcángel (únicamente había perdido hasta ese momento en Liga un choque en casa, ante el Alcorcón 1-3). Sin embargo, los goles de Salinas y Lago Lunior pesaron más que el tanto de Xisco. El traspié fue enmendado por el convincente triunfo frente al Mallorca una semana después en el mismo escenario (3-1, tantos de Andone, Xisco y Markovic por un lado y Brandon por el otro) y después por el épico 0-1 en el estadio de los Juegos del Mediterráneo con un gol de Andone y aguantando con uno menos hasta el final por la expulsión de Stankevicius. El Córdoba terminaba la primera vuelta del campeonato segundo, con más puntos que nunca en su historia en Segunda (39) y con una pinta extraordinaria.
Pero ante la ausencia de refuerzos invernales –Eddy, el único fichaje, demostró no reforzar en absoluto la plantilla– Oltra empezó a tirar de imaginación con cambios de fichas y de sistemas para paliar el agotamiento físico y mental de los suyos. Nunca se sabrá –o sí- si él y Emilio pidieron y no les concedieron o si directamente creyeron que con lo que tenían ya en nómina les iba a dar para subir. En cualquier caso, el tiempo terminó demostrando que sí que se exigía algo más para mantener en lo más alto a un bloque sólido, pero corto de efectivos.
Entonces, con los jugadores vacilantes entre el 3-5-2, el 4-2-3-1, el 4-1-4-1 y el 4-4-2 y saliendo y entrando en la alineación, llegó una racha nefasta que comenzó con una derrota sin paliativos en el Zorrilla (2-0 ante un Valladolid muy irregular) y se prorrogó durante este primer tercio de 2016 con la extraña derrota terminando el encuentro con Luso de portero ante el Leganés (2-3), el 3-3 trepidante frente al Alcorcón en Santo Domingo y las pifias caseras ante Zaragoza (0-2), Osasuna (0-1), Lugo (1-2) y Alavés (1-2). Al menos, la solidez mostrada a domicilio en Bilbao ante el filial (1-2) y en Ponferrada (1-3) permitieron al conjunto entrenado por Oltra terminar marzo todavía en zona de play-off, con 48 puntos aunque ya igualados a puntos con Alcorcón, Osasuna y Elche.
La cuesta de enero fue demasiado larga para un cordobesismo que empezaba a sospechar que la falta de inversión en el mercado invernal podía hacerles sufrir incluso para entrar entre los seis primeros.