Recital con sabor a permanencia

Así, sí

Esta es la actitud. La primera parte del Córdoba fue espectacular. El Córdoba estaba de dulce y salió absolutamente todo, pero con lo que me quedo es con esa ansia por querer más y más. No se había visto así al equipo en toda la temporada. Cuando se quiere, se puede. Con esta victoria, solo queda un punto con seis por jugar (o incluso bastaría con lo que hay). Esto está casi hecho. Baño increíble. Recital con sabor a permanencia.

Piovaccari, nuestro bicho

El italiano estuvo soberbio. No solo por los dos goles, sino por el espectáculo que dio desde el minuto uno hasta que se marchó por Rodri. Lucha con y sin balón, juego de espaldas, desmarques al hueco… Este era el 9, ¡qué pena no haberlo disfrutado más! Eso sí, el dato es sorprendente: en once minutos, el delantero ha marcado más goles (2) que en las 39 jornadas anteriores (1). Inreíble.

Pawel Kieszek vitalicio

Sin palabras. A mi modo de ver, no hay ni punto de comparación: el polaco es el mejor jugador de la temporada. Cada partido es una exhibición bajo palos. Ante el Oviedo, pese a la goleada, él fue el encargado de evitar que los ovetenses se metieran en el encuentro en varias ocasiones. Desde el penalti, hasta la parada de reflejos con los pies. Las aspiraciones para la temporada que viene pasan por tener una columna vertebral sólida, y Pawel debe ser insustituible.

El Arcángel al fin disfrutó

La afición demostró una vez más que está ahí y que está dispuesta a responder cuando los de corto dan signos de vida. Todo el papel vendido para dar lugar a un estadio abarrotado y, sobre todo, enchufado. Llevaba tiempo sin vivirse un partido así en la grada. Entre cántico y cántico, hubo tiempo para todo, hasta para acordarse de un jugador que se ha ganado el cariño de la afición y la renovación a pulso: Juli. El Arcángel al fin disfrutó, ya era hora.