Primera final ganada

Las finales se ganan

Ya lo dijo un sabio, el de Hortaleza para ser más concretos: “Las finales no se juegan, se ganan”. El Córdoba jugaba ante el Almería una final y lo hizo a la perfección: salida fantástica y final agónico, aunque bien llevado. Los primeros minutos fueron, posiblemente, los mejores minutos del Córdoba de Carrión, aunque la segunda parte se hizo más larga que el nombre completo de Kalu Uche (Kalu Tongololiki Mawakavamba Jawarapawara Uche). Aun así, tres puntos más y +4 sobre el descenso. Seguimos remando.

El Córdoba echó el cerrojo

El partido defensivo del Córdoba, sobre todo en los segundos 45 minutos, fue especialmente bueno. El Almería se vino arriba y el Córdoba comenzó a pasarlo mal. Sin embargo, a Carrión no le dio vergüenza quedar de amarrategui y sacó a Edu Ramos y a Luso para evitar males mayores; el premio de la victoria era demasiado goloso como para dejarlo pasar. De esta forma, el partido se gestionó a la perfección y los almerienses no inquietaron con excesivo peligro. Siendo honestos, con Deivid este es otro Córdoba.

Markovic, otra vez

Si el gol es alegría, que lo haga Markovic da mucha más. Una vez más, un tanto del serbio vuelve a traducirse en tres puntos. Es cierto que tiene momentos a lo largo del partido en los que desaparece y desconecta, pero tiene la habilidad de estar ahí, en el lugar y momento oportuno. Por cierto, Juli volvió a jugar después de su lesión; gran noticia, va a hacer falta para la recta final.

No hay mejor regalo

Pawel Kieszek está de cumpleaños y creo que no hay mejor regalo que una victoria así para colocarse un paso más cerca de la salvación. El Salvador del Córdoba en infinidad de partidos cumple la edad de Jesucristo el Domingo de Resurrección, casualidades. Lo mejor de todo es que el breve paso por el banquillo no le afectó lo más mínimo y sigue como siempre. Ha costado, pero el Córdoba al fin tiene un portero que da puntos; no le dejemos escapar.