Miedo e impotencia

Suma y sigue

Desde septiembre sin ganar en casa, desde 2013 sin ganar a las 12 del mediodía. El equipo ha cogido carrerilla y no hay quien lo pare en su caída a Segunda B. Cada semana parece que no pueden ir a peor, pero cada semana se superan aún más. Los fantasmas del pasado sobrevuelan El Arcángel y el miedo atenaza a jugadores y aficionados. Cuando se podía intentar solucionar la situación, los que debían tomar decisiones no lo vieron oportuno. Ver un panorama así con los brazos cruzados trae estas consecuencias. Qué larga se va a hacer la segunda vuelta…

Un auténtico desastre

El Córdoba es el único equipo que es capaz de perder para el próximo partido al centrocampista titular y a su suplente en la misma jugada, y con el suplente en el banquillo… La expulsión, bastante rigurosa, de Aguza se empeoró con la de Luso por quejarse desde el banquillo. Y Edu Ramos sigue sancionado. Y la semana que viene toca visitar al Levante, más de Primera que de Segunda. La Ley de Murphy se está regodeando en exceso con el Córdoba esta temporada. ¡Ya está bien!

Pólvora mojada

Ningún jugador de la plantilla lleva el gol en las venas y son necesarias tropecientas ocasiones claras para marcar un gol. Ante el Huesca se veía que el marcador no se movería ni aunque el partido durase 90 minutos más. Mientras, Florín se sale en La Coruña; mientras, un cordobés pone en aprietos al líder de Primera; mientras, Charles adelanta al Málaga en Villarreal. El dinero es lo más caro en el mundo del fútbol, pero los de arriba no están dispuestos a gastarse un euro. En cuanto a la defensa, mejor ni hablar.

¿Para qué?

Uno de los fichajes invernales, el más necesario a mi modo de ver (la zona del centro del campo estaba bastante cubierta, hacía falta reforzar la defensa), fue Bíttolo, que venía para ser titular en una banda izquierda que era, y es, un coladero. Sin embargo, ahora mismo está al mismo nivel que Samu de los Reyes: en la grada (¡ni siquiera en el banquillo!), sin contar para Carrión. Lo que no pase en Córdoba…

Los de siempre

Una vez más, hubo protesta contra la gestión de Carlos González; una vez más, fueron los de siempre. El día no acompañaba, como hace unos años, pero Brigadas e Incondicionales no fallaron: cantaron fuera y lo dieron todo dentro, dejando en evidencia a aquellos que no hicieron ni lo uno ni lo otro. Y, en el 54, “¡González (ambos), vete ya!”. Poco más se puede hacer que prepararse para lo peor.