La vida sigue igual

13 de junio de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

La entrevista del presidente Alejandro González, en Onda Mezquita deja entrever que la política de confrontación y la línea de actuación en fichajes no variarán en la 17-18

Quien pensara que la línea del club se modificaría tras el fracaso de la 16-17 se equivocaba. Alejandro González compareció en Onda Mezquita el lunes para dejar claro que no rebaja un ápice su discurso ni tampoco parece tener intención de modificar su manera de trabajar en la parcela deportiva.

Para empezar, el presidente del club calificó con un 5,5 la campaña de la entidad cordobesista, al mismo tiempo que recalcó el adjetivo de “didáctica” para definirla. De hecho, y a pesar de que la catalogó igualmente de “mala”, matizó que “Ha sido mala por los objetivos que nos ponemos, pero no por la clasificación Aquí la gente ha vivido situaciones de auténtico pánico y para el aficionado esto no es dramático”. Además, los “errores por los que pedimos perdón a la afición” los resumió González en un ejemplo: “no haber exigido más a la dirección deportiva en su momento, y errores con la afición”. Es decir, cargando las tintas a un Emilio Vega a quien contestó –el berciano dejó caer durante su presentación en Huesca que el presidente no tenía “ni idea” de fútbol-: “Me gusta la gente que suma, y la que no suma, pues nada. Esto es un aviso a navegantes. Me alegro de que en el Huesca haya un presidente que sabe de fútbol, porque sí puede tutelar a sus empleados para que estos no hagan barbaridades”.

Tal vez lo más llamativo de su discurso llegó cuando comparó a los abonados con “clientes” que, dado que han pagado un precio bajo por sus localidades, “tiene que haber una relación directa entre lo que tú como cliente pagas y lo que recibes. Desde la parte más pura, un abonado no deja de ser cliente del club. Que yo me imponga un objetivo tan ambicioso como el ascenso no otorga que a quien paga menos pueda exigir todo. No puedo exigir el mayor premio si soy el que menos he pagado”. El derecho a la queja, a su parecer, se extingue al abonar un bajo precio por su localidad.

 De paso, se atrevió a sugerir relevos en las cúpulas de dos colectivos con los que el Córdoba ha roto relaciones: los veteranos (“Carlos González dio un paso para avanzar y ellos también pueden hacerlo, que hay muchos veteranos y no tenemos que ver siempre las mismas caras. Yo no tengo que dar el primer paso porque fueron ellos los que rompieron con el Córdoba. Tiene que haber un relevo”) y los Minoritarios (“Si hay un cambio en la cabeza de Minoritarios, a lo mejor podemos hablar”).

Anunció con cierta prepotencia que dejará de vetar el acceso a aficionados hostiles “vamos a conseguir los méritos deportivos para llevar al equipo al lugar que merece. La gente quiere lío y nosotros somos tan tontos que en vez de bordear las piedras… En los vetos teníamos toda la razón del mundo, pero mientras yo sea presidente no va a volver a haber más”.

También prometió un acercamiento a las Peñas a su manera: “Estamos totalmente volcados en el aspecto social y esta semana se verán cosas súper interesantes para los peñistas (de la Federación, claro, las únicas que reconoce el club)”.

Pero tal vez lo más inquietante de su discurso llegara cuando fue inquirido por la renovación de Javi Lara. González eludió responder y divagó: “estamos trabajando desde hace mucho tiempo, pero la trayectoria deportiva no nos ha permitido avanzar más. Tenemos un proyecto ambicioso y queremos hacer cosas grandes el año que viene”. De momento, aún no ha cerrado ninguna incorporación. El Zaragoza, salvado en la misma fecha que el Córdoba, y lleva cinco y un nuevo entrenador.

La sensación –especialmente en twitter, esa red que desprecia González- es de que la vida seguirá en la 17-18 igual que en la 16-17. Igual de regular, claro.