Estados de ánimo opuestos

Si el aficionado cordobesista puede estar más que satisfecho e ilusionado tras lo sucedido durante el verano en su primer equipo, todo lo contrario puede sentirse el cadista con el mismo motivo. Porque mientras los blanquiverdes han sumado un pleno de victorias en julio y agosto su rival del sábado no fue capaz, por ejemplo, de vencer a un equipo de Tercera como el Mar Menor (empató) ni a otro de Segunda B (cayó ante el Recreativo).

De hecho, mientras que los de Carrión han conseguido una media de 2,7 dianas por partido en verano, los de Cervera únicamente fueron capaces de marcar un gol durante agosto (eso sí, han jugado en este mes ante dos rivales de Primera como Las Palmas y Villarreal).

Pero más allá de los marcadores, algo anecdótico en pretemporada, lo que más ha diferenciado el verano de uno y otro equipo es –atendiendo a la prensa gaditana- la convicción en el trabajo y la calma. Mientras que los jugadores blanquiverdes tienen claro el 4-3-3 y han asimilado muy bien la idea de juego de su técnico, a los amarillos les está costando seguir con el buen trabajo que les permitió colarse en play-off de ascenso en la 16-17. Además, Cervera tiene las bajas de Alberto Perea, Rubén Cruz y Sankaré para el encuentro, por lo que todavía no tiene claro el sistema que puede plantear en El Arcángel (bien sea colocando tres jugadores en el centro del campo, un mediapunta o el clásico 4-4-2).

Además, la guerra abierta entre el consejero delegado y responsable de la gestión deportiva, Quique Pina, y el presidente del club, Manuel Vizcaíno no contribuye en absoluto a la paz social de la entidad.

Pero lo del sábado es un duelo de rivalidad regional en la primera jornada del campeonato. Dos factores que, ya de por sí, obligan a manejar con muchas reservas todas las estadísticas e ideas apriorísticas acumuladas en verano.