El Nàstic solo ganó en Córdoba en Copa y con Carrión en sus filas

Un dato para el optimismo: el Nàstic no sabe lo que es ganarle al Córdoba en El Arcángel. Los tarraconenses han corrido catorce veces por el verde del coliseo ribereño y nunca rascaron los dos o tres puntos.

La primera vez que ambos equipos coincidieron en partido liguero fue en la 71-72. Los catalanes eran unos recién ascendidos y los andaluces –entrenados por Vavá- buscaban recuperar la élite que acababan de abandonar. Sin embargo, el Nàstic había empezado mejor que el conjunto blanquiverde. No obstante, Manolín Cuesta dejó la victoria en el viejo Arcángel con un gol en el 88’. Cuatro veces más se midieron en los setenta. Y siempre, salvo en la 78-79 –en un partido de Segunda B- que empataron a uno, ganó el Córdoba (1-0, 2-0 y 3-1). En la 80-81, también en Segunda B, otro triunfo cordobesista -2-0-.

Pasaron 21 años sin que ambos conjuntos volvieran a coincidir en partido oficial. Sucedió el 11 de noviembre de 2001 y firmaron tablas tras equilibrar Masnou el gol inicial de Jonathan Sesma. Por cierto, en ese Nàstic militaba Juan Vizcaíno. Los granas bajaron para regresar con mucha fuerza. Tanta que tras lograr la permanencia en la 04-05, logaron su segundo y último ascenso a Primera en la 05-06. Con todo, en el año del descenso a Segunda B del Córdoba cayeron también en El Arcángel (2-0, Montenegro y Selu). Fue el único triunfo de Robert Fernández como entrenador cordobesista.

En ese periodo en el que el Córdoba pleiteaba por volver a Segunda y el Nàstic ponía los cimientos de su ascenso a Primera coincidieron por única vez en Copa. Y fue la única ocasión en la que el Nàstic ganó en Córdoba. Un 0-3 contundente (goles de Diego Torres, Codina y Bolo) el 14 de septiembre de 2005. En el once presentado por el actual entrenador del Valladolid Luis César estaba Luis Carrión, quien no tuvo problemas para secar a Txiki. Meses después el lateral diestro recalaría en el Córdoba, equipo con el que disfrutaría del ascenso de 2007 en Huesca.

En los restantes siete Córdoba-Nàstic –todos en Segunda-, cuatro victorias locales –además, consecutivas y relativamente plácidas- y tres empates. La historia da una tregua en mitad de un ambiente inundado de pesimismo.