El espíritu de Miranda

8 de noviembre de 2016 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

La temporada pasada, en Anduva, el Córdoba llegaba obligado a ganar y sin sus dos centrales titulares y consiguió vencer 0-3 y ofreciendo una imagen muy sólida

A veces merece la pena echar la vista atrás para buscar un referente al que agarrarse para la esperanza. En la semana más complicada de la temporada, el Córdoba recibe al Mallorca con hasta seis teóricas bajas y necesitado de un triunfo después de seis semanas sin conseguirlo en Liga.

Hace poco menos de medio año, concretamente el 25 de mayo pasado, el Córdoba viajó a Castilla y León en una situación parecida, aunque con mucho menos margen de error. Era ya la jornada 40 del campeonato y necesitaba ganar para no quedarse descolgado en su lucha titánica con Zaragoza, Osasuna, Alcorcón y Girona por entrar en play-off.

Pues bien, justo para ese encuentro Oltra perdió por sanción a sus dos centrales titulares durante toda la temporada. Ni Deivid ni Rodas podrían estar en Anduva. Durante toda la semana –como durante la presente- se especuló con las posibles opciones que tendría el técnico cordobesista para paliar tan sensibles ausencias. Se pensó que Dalmau podría haber jugado de lateral, desplazando a Stankevicius al puesto de central o incluso a Abel (con quien ya había tenido algún problema que le alejó de las convocatorias), pero finalmente el valenciano se decidió por la juventud de Gálvez y Bijimine quienes, curiosamente, apenas habían compartido titularidad en el centro de la zaga en el choque de la primera vuelta ante el mismo rival, el Mirandés (entonces el Córdoba perdió 1-2).

Y la cosa salió bien. Muy bien. Tanto que el Córdoba ganó con una inesperada solvencia (goles de Fidel, Cisma y De Tomás) y en defensa Gálvez y Bijimine se sobraron para secar al siempre incómodo y descarado conjunto de Terrazas.

La historia nos enseña que todo es posible, incluso cuando más difícil parece. Un aval más para no acudir como corderos al matadero el viernes a El Arcángel.