El Córdoba cambia de dueño, pero no de propietario
29 de marzo de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz
El diario ABC desvela que Ecco Documática ya no es la dueña del club, porque dicha empresa fue absorbida en diciembre por Azaveco S.L., propiedad de González
El redactor del Diario ABC Javi Gómez ha informado hoy en las páginas de la edición cordobesa del periódico que Ecco Documática ya no es la dueña del Córdoba C.F., porque dicha empresa ha sido absorbida por Azaveco SL, que es quien ahora posee el paquete de acciones mayoritario (98,7%) de la entidad cordobesista. En cualquier caso, el propietario de la nueva sociedad es el mismo que el de Ecco, Carlos González, aunque haya designado a su hijo Alejandro González como apoderado de Azaveco.
Según ABC toda esta trama empresarial nace una semana después de la Junta General de Accionistas del 22 de diciembre. Ahí fue cuando Carlos González cedió a su hijo Alejandro la presidencia de la entidad. Una semana más tarde Ecco Formación SL absorbe a Ecco Documática (ambas propiedad de González) y a Manager Football Transfer, de su hijo Alejandro. Ese día también se disuelve Ecco Documática y el 30 de diciembre Ecco Formación pasa a llamarse Azaveco. Así es como esta nueva empresa es la propietaria del 98 por ciento del Córdoba C.F.
Para terminar este curioso ciclo el 2 de enero de este año Alejandro González se convierte en el apoderado de Azeveco, que también cambió de objeto social y de domicilio. El capital social de Azeveco asciende a 2.168.097 euros y su objeto social es “la prestación de servicios de asesoramiento integral, consultoría de intermediación; servicios de gestión económica, financiera y contable”, así como “la adquisición, tenencia, cesión, disfrute y transmisión por cualquier título de cualesquiera bienes muebles e inmuebles, su adminisitración, gestión, transformación y comercialización. La adquisición, suscripción, tenencia, disfrute y enajenación de acciones y participaciones sociales”.
Muchos movimientos empresariales que, aun siendo completamente legales, podrían esconder –o no- alguna causa ulterior que terminara de agitar una ya de por sí convulsa y movida temporada en el seno de la casa blanquiverde.