El Arcángel ya no es el campo más amable de Segunda División

13 de marzo de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

Las 2 victorias seguidas hacen que los blanquiverdes dejen de ser el local con peores cifras de la categoría. Hace año y medio que no se viven 3 triunfos seguidos en el Arenal

Les está costando, pero poco a poco y con mucho suspense el Córdoba está mejorando sus números domésticos. Las victorias in extremis ante Alcorcón y Real Zaragoza han corroborado una tendencia que puede retrotraerse un poco más atrás en el tiempo (de los últimos cinco partidos, apenas el Huesca fue capaz de llevarse los tres puntos de El Arcángel y jugando con un jugador más un tramo importante del choque).

De hecho, el Córdoba ha dejado de ser el peor local de Segunda. Sus cinco victorias y cuatro empates mejoran las cuatro victorias y cinco empates de UCAM. Unas cifras que invitan a una moderada esperanza si se tiene en cuenta que el sábado repite en El Arcángel y frente a un rival, el Numancia, que ha sido derrotado en sus dos últimas salidas.

Dos triunfos consecutivos no se registraban en Córdoba desde principios de esta temporada, cuando los entonces dirigidos por Oltra derrotaron en septiembre primero al Levante y luego al Nàstic.

Para encontrar un último precedente de tres triunfos seguidos (o más) en El Arcángel hay que irse un año más atrás. En el magnífico comienzo de la 15-16, consiguieron hasta cuatro victorias consecutivas al superar a Ponferradina (1-0), Bilbao Athletic (1-0), Numancia (3-2) y Nàstic (2-0).  Más difícil ha resultado históricamente lograr dos victorias seguidas en dos jornadas consecutivas en casa. La última vez sucedió en la 12-13, cuando Berges y sus discípulos superaron primero al Numancia (1-0) y luego al Murcia (5-0) en las jornadas 21ª y 22ª del campeonato. Curioso: el Numancia ha coincidido en sendas rachas y será el visitante del sábado.

Al menos, los aficionados que se den cita en El Arcángel el sábado irán con más con la sensación de lo mucho que se puede conseguir cara a la permanencia que con el miedo en el cuerpo ante un mal recuerdo. Es lo mínimo después de una temporada tan complicada.