Dos rivales cuesta abajo

Que el Córdoba atraviesa una grave crisis de resultados es tan cierto como que su rival del domingo (16:00 horas) sufre una racha prácticamente idéntica en los últimos meses de competición.

A partir de la última victoria casera en Liga de los blanquiverdes -24 de septiembre ante el Nàstic- se puede empezar a contar las semanas de caída del sueño cordobesista. Entonces se jugaba la jornada 7ª y la próxima será la 23ª. En esas quince semanas el Córdoba ha ganado dos partidos, empatado seis y perdido siete. Unos guarismos pobrísimos que costaron en su momento el despido a Oltra y que han relegado al Córdoba, entonces segundo, al decimosexto puesto.

Así que el domingo se vivirá un partido que, por muy pronto que llegue, puede resultar decisivo para la batalla en la que se ha metido a fuerza de disgustos el equipo de Carrión: evitar los últimos cuatro puestos.

El rival, UCAM de Murcia, está a tres puntos de los blanquiverdes y sería el primero que caería en estos momentos a Segunda B. Dado que en La Condomina empataron a uno ambos equipos, la victoria de los azulinos supondría que adelantarían en la clasificación virtualmente a los de Carrión.

Al menos queda el consuelo de que el conjunto que ahora entrena Francisco tampoco es que esté para tirar cohetes. Cuando terminó la jornada 7ª del campeonato se podía considerar al conjunto católico como una de las revelaciones del campeonato –era séptimo- y actualmente, ya ha sido escrito, está en zona de descenso a Segunda B (19ª). En ese margen UCAM ha ganado tres veces (a Rayo, Numancia y el pasado fin de semana al Zaragoza), empatado cuatro y perdido ocho. Durante ese periodo también llegó el despido de José María Salmerón, el entrenador que logró el ascenso la temporada pasada.

Es decir, que en los últimos quince partidos UCAM ha sumado trece puntos por doce el Córdoba. Cifras bajísimas y que invitan al pesimismo en ambas aficiones. Una de las dos terminará por sentir algo de alivio el domingo a eso de las seis. Sería, para la vencedora, un punto de apoyo para salir de la zona más deprimente del campeonato.