Buen momento para cambiar una historia de decepciones

El Córdoba nunca ha conquistado el campo del Alcorcón, en el que ha vivido siempre partidos intensos marcados por uno o varios nombres propios. Eso sí, siendo optimistas, en sus dos últimos visitas al menos no cayó derrotado.

Un gélido 15 de noviembre de 2010 el Córdoba de Alcaraz visitaba al Alcorcón de Anquela con sus mismos puntos (14). Ambos equipos ocupaban plaza en la zona media-baja y se preveía un encuentro igualado. Nada de nada. Sendos goles del matador Quini en la primera parte (minutos 15 y 22) decantaron la balanza de manera irremisible. Oriol Riera (luego jugador del equipo alfarero), en el 39’, logró recortar distancias, pero su apenas sirvió para generar esperanzas. Para colmo de desgracias, Jorge Luque fue expulsado en la recta final del choque.

Igual de mal fue en la temporada siguiente. Paco era el técnico cordobesista y Anquela seguía siéndolo el de los amarillos. Los blanquiverdes contuvieron bien a su rival hasta ya entrada la segunda parte, cuando Nagore primero y Montañés después resolvieron el duelo. El enfado del Jémez al término del choque fue morrocotudo. Su equipo apenas fue capaz de inquietar la meta de Manu Herrera si con cinco atacantes. Era abril de 2012.

Aún en 2012 pero en otra época (ya era septiembre), Berges tampoco logro asaltar Santo Domingo. Aunque la consigna era empezar con fuerza, Kike López rompió el cerrojo en el 7’ y el ahora cordobesista Juli aumentó la sangría en el 51’. Dubarbier marcó en el 75’, pero no dio tiempo para más. Bordalás dirigió ese año al Alcorcón.

La suerte fue clave para que el Córdoba sumara su primer punto en el campo de la A.D. Alcorcón. En noviembre de 2013 Pablo Villa y los suyos lograron empatar a cero, aunque los amarillos estrellaron hasta en tres ocasiones la pelota en la madera de la meta de Dani Giménez.

El 7 de febrero pasado, otro empate. En un partido loco, De Tomás adelantó a los blanquiverdes, Chema y David Rodríguez le dieron la vuelta al marcador, pero Andone y Pedro Ríos volvieron a poner el marcador en franquía para nuestros intereses. A apenas cinco del final, otra vez el deseado David Rodríguez anotó para mantener al menos uno de los puntos a buen recaudo para los locales.

Historias de decepciones y de encuentros sufridos. De penas. Lo bueno de la historia es que siempre se puede seguir escribiendo sobre ella. Mañana, otro capítulo. Con –esperemos- buena tinta.