2-0. De más a nada

Nueva derrota a domicilio con síntomas de una enfermedad que empieza a ser ya crónica. El Córdoba fue de más a nada ante un rival al que le bastó con quitarle el balón y empezar a generar ocasiones aprovechando la endeblez del entramado defensivo blanquiverde. Esta vez el resultado y la imagen –a diferencia de las debacles de Barcelona, Granada o Valladolid- pueden achacarse más a algunas decisiones desde el banquillo que a la falta de actitud o capacidades de los jugadores, que –eso sí- cayeron en los mismos errores de siempre en el segundo acto.

De inicio, Carrión únicamente alteró un puesto en su equipo. El lesionado Jaime Romero dejó su puesto a Edu Ramos, con lo que el equipo pasaba a jugar con un aparente 4-1-4-1 con Ramos de pivote defensivo y Caballero y Markovic por delante, dejando a Javi Lara escorado a la izquierda.

La apuesta salió bien, porque el sistema discutió la posesión a un equipo como el Lugo que la necesita para sentirse bien. De hecho, un activo Guardiola tuvo y un siempre bullicioso Markovic dispusieron de dos oportunidades en acciones en las que el Córdoba pilló descolocado a su rival antes de que el Lugo antes de que Iriome diera el primer susto a un Kieszek que respondió bien. Los de Francisco buscaban la movilidad de Cristian Herrera y del Polaco Frydrezswki para generar una incertidumbre que no llegaba a la pareja de centrales formada por Caro y Joao Afonso.

Al término de los primeros cuarenta y cinco minutos, el empate reflejaba el equilibrio que se había visto sobre el campo.

La segunda mitad tampoco empezó mal para los intereses blanquiverdes, pero extrañamente los jugadores de Carrión fueron reculando y el 4-1-4-1 empezó a hacer aguas porque los dos interiores apenas tenían ya fuelle para atacar al dedicarse más a correr detrás de la pelota y porque los medios empezaban a tener mono de balón. El técnico del Córdoba decidió hacer cambios, pero con el tiempo parecieron desacertados. Javi Galán –que no fue capaz de superar nunca a Campabadal- suplió a Markovic y Aguza a Javi Lara, perdiendo con el montoreño la opción de sorprender a balón parado a un meta inseguro en el juego aéreo como Juan Carlos. Sin embargo, Caballero, muy gris durante todo el choque, sí completó los noventa minutos.

Así las cosas el Lugo se adueñó del balón y Campillo empezó a moverse con soltura por todo el campo. Además, la defensa empezó a evidenciar síntomas de laxitud, especialmente Caro y Fernández, que no parecían finos ni contundentes ante los ataques rivales. Primero Campabadal y luego Polaco –en una acción en la que el jugador tiene tiempo de levantarse del suelo antes de rematar sin oposición de Caro ni Joao- estuvieron a punto de batir a Kieszek. Finalmente fue Campillo quien rompió el 0-0 tras un centro al área que no pudo ser despejado por Fernández. Carrión, a la desesperada, metió a Alfaro en lugar de Mena para buscar un último empuje que no sirvió sino para que Mario Barco –uno de los efectivos relevos que efectuó Francisco- obrara el 2-0 final.

Mala, muy mala segunda mitad. Y sensación de que este equipo únicamente puede –por mimbres y más allá de la culpa que pueda o no tener su técnico- pelear por una salvación cómoda si mantiene un nivel de concentración altísima en cada encuentro. El domingo, otro examen muy exigente frente al Nàstic en El Arcángel.

LUGO 2 Juan Carlos, Campabadal, Bernardo, Miquel, Luis Ruiz, Seoane, Azeez, Iriome (Luis Muñoz, 89’) Campillo, Cristian Herrera (Nicolás Albarracín, 75’) y Polaco Fydriszewski (Mario Barco, 61’).

CÓRDOBA 0 Kieszek, Fernández, Joao Afonso, Caro, Víctor Mena (Alfaro, 82’), Edu Ramos, Javi Lara (Aguza, 68’), Caballero, Jovanovic, Markovic (Javi Galán, 56’) y Sergi Guardiola.

GOLES: 1-0, Campillo (81’); 2-0, Mario Barco (84’)

ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (Castellanoleonés). Amarillas a Ignasi Miquel por el Lugo y a Víctor Mena por el Córdoba.

INCIDENCIAS: Partido de la novena jornada de la Liga 1,2,3, celebrado en el Anxo Carro ante unos 3.000 espectadores.