1-2 Viajar es soñar

17 de diciembre de 2016 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

El Córdoba vence en Oviedo y confirma su fiabilidad como visitante en un encuentro que estropeó únicamente un nuevo despiste defensivo en el tramo final

Una idea decidida de juego, efectividad en ambas áreas, intensidad y una pizca de suerte fueron los ingredientes de la segunda victoria consecutiva del Córdoba a domicilio, en una plaza donde nunca había lo había logrado ningún equipo cordobesista en toda la historia.

No hubo sorpresas en la relación de elegidos para el encuentro del Tartiere. Tal y como probó durante la semana, Luso sustituyó a Esteve para que así Edu Ramos y Borja Domínguez se desempeñaran libremente en el círculo central y el maño actuara como protector de los dos centrales. En el conjunto asturiano, Hierro suplió las ausencias de Cristian Fernández y Verdés con Óscar Gil y Varela y otorgó la titularidad al ex cordobesista Nando, después de varias semanas en el ostracismo.

Los diez primeros minutos fueron de tanteo puro. Ni el Oviedo había subido en exceso su línea de presión –Hierro prefiere renunciar lo más posible a dominar los encuentros- ni tampoco el Córdoba encontraba el método de acercar la pelota al área rival.

Daba la sensación de que la clave iba a estar en el centro del campo y, en concreto, en no cometer ninguna imprecisión por parte del Córdoba. De hecho, a consecuencia de un mal pase de Bijimine llegó la primera oportunidad del Oviedo en las botas de Jonathan Pereira quien, libre dentro del área, disparó contra el cuerpo de Rodas. Nando estaba generando, por la izquierda, ciertos problemas a Antoñito. Eso por parte del Oviedo porque en el Córdoba era Javi Galán quien generaba incertidumbre por la banda del cordobés Fernández.

De hecho, en el minuto 20 una acción de Javi Galán por esa parte siniestra del campo culminó con un centro que se paseó por la línea de gol y, en la continuación de esa jugada, el balón le cayó a Antoñito que la puso medida con la diestra a la cabeza del propio jugador pacense para que marcara el primero del encuentro. Era el primer –y merecido- tanto del pacense como profesional.

El tanto asentó el juego de los jugadores de Carrión y oscureció (aún más) el de los de Hierro, que se desesperaban buscando fórmulas para superar la muy bien ordenada cobertura cordobesista. De hecho, la única oportunidad de los carballones hasta el descanso fue un disparo fuerte de Erice que desvió con seguridad Kieszek después de una clara falta no pitada en el área sobre Edu Ramos.

La vuelta de los vestuarios no pudo ser más feliz. Cuando apenas se habían jugado dos minutos y el Oviedo ya tuvo un acercamiento en las botas de Tochés, en una acción de toque del equipo de Carrión la bola que llegó a Juli, quien asistió a Borja para que, desde la frontal, disparara a puerta. Su chut tocó en Erice y despistó a Jonathan, quien únicamente pudo contemplar como la pelota entraba en su portería. 0-2.

El partido estaba muy de cara para los blanquiverdes, así que el conjunto de Hierro se lanzó al ataque sin más miramientos. Una falta de Rodas –que le costó la amarilla- en la frontal fue lanzada impecablemente por Susaeta, pero el vasco se topó con el poste de la portería de Kieszek.

El Córdoba aguantaba con entereza las acometidas de su rival e incluso tuvo en ese tramo delicado una oportunidad clara en un contragolpe que culminó con un centro de Juli al que estuvo a punto de llegar Rodri.

El Oviedo no funcionaba y su técnico, Hierro, decidió jugársela a falta de veinticinco para el final. Metió a Rocha y Linares y luego tuvo que quitar a Toché por lesión. Se quedó sin cambios muy temprano. Por parte del Córdoba y como respuesta, Carrión quitó a Luso para meter a Esteve. La sustitución le sentó muy bien a los blanquiverdes, que fueron capaces de cumplir la premisa de defender con balón, a pesar del gatillo fácil de un árbitro, el vasco Gorostegui Fernández, que sacó hasta cinco amarillas la mayoría por faltas ligeras.

En el tramo final del encuentro, eso sí, llegó el tradicional despiste defensivo de cada encuentro. Domingo Cisma se entretuvo en exceso en su costado zurdo, la pelota se la robó Nando quien asistió para que Linares metiera suspense a los últimos cinco minutos (alargue incluido).

Sin embargo, apenas un disparo de Fernández que atrapó bien Kieszek inquietó la meta cordobesista. Carrión y los suyos se van de vacaciones –aunque todavía les quedará el partido de Copa del martes en Málaga- con 25 puntos, con una idea clara de juego y con un balance de seis de los últimos nueve puntos posibles.

REAL OVIEDO Juan Carlos; Fernández, Óscar Gil (Rocha, 56’), David, Varela; Erice, Torró, Susaeta (Linares, 62’), Nando; Toché (Jorge Ortiz, 65’) y Jonathan Pereira.

CÓRDOBA C.F. Kieszek, Antoñito, Rodas, Bijimine, Domingo Cisma; Edu Ramos, Luso (Esteve, 67’); Juli, Borja, Javi Galán (Guille Donoso, 81’) y Rodri (Piovaccari, 87’).

GOLES: 0-1, Javi Galán, 20’; 0-2, Borja Domínguez, 47’; 1-2, Linares, 88’.

ÁRBITRO: Gorostegui Fernández-Ortega (vasco). Amarillas a los visitantes Borja Domínguez, Héctor Rodas, Javi Galán, Rodri, Esteve y Piovaccari.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 18ª de la Liga 1,2,3 disputado en el estadio Carlos Tartiere ante unos 13.000 espectadores.