1-2. Duro chasco

19 de agosto de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

Un desdibujado Córdoba cae en su estreno liguero en casa ante un Cádiz seguro en defensa y letal al contragolpe que impuso su juego desde el principio hasta el final

Duro golpe para empezar. El Cádiz se llevó con solvencia el triunfo de El Arcángel aprovechando sus virtudes y minimizando las de su rival. El Córdoba no se pareció en nada al de la pretemporada e inquietó poco la portería de un seguro Cifuentes.

Las dudas quedaron resueltas a las 19:52. Carrión decidió alinear a Stefanovic en la meta (eso se sabía), a la línea de cuatro también previsible en defensa (Fernández, Joao Afonso, Josema y Pinillos), a la de tres mediocentros igualmente esperada (Edu Ramos, Aguza, Javi Lara) y una vanguardia en la que el sacrificio de Guardiola se debía complementar con la calidad de Jaime Romero y el gran momento de forma de Alfaro.

En el Cádiz, Cervera mantuvo su 4-2-3-1 con la velocidad de su línea de mediapuntas y el tino de David Barral como principales armas. Y precisamente Barral llevó la zozobra a la grada en el primer minuto de juego al aprovechar un gran servicio desde la izquierda de Salvi Sánchez para empujar la pelota a la red. 0-1.

El tempranero gol, dada la idiosincrasia y el planteamiento de ambos equipos, no alteró sus planes. El Córdoba seguía buscando pelota y protagonismo mientras que el Cádiz confiaba –más si cabe- en la explosividad de sus bandas. Javi Lara se movía con soltura entre líneas y un pase suyo para una subida por banda de Fernández se convirtió en un centro peligroso que no fue capaz de rematar Guardiola.

De hecho, el Córdoba parece frágil por el costado izquierdo de su defensa, por donde Salvi –tras el parón para la hidratación- volvió a regalar un gol a Aitor García, aunque esta vez el otro interior cadista no fue capaz de colarlo. Sí fue capaz el otro García, Álvaro, que aprovechó el desaguisado que estaba generando Salvi a Pinillos y Jaime Romero en el costado izquierdo. El 0-2 terminó de congelar el ambiente cuando aún quedaban 68 minutos de juego.

Carrión reaccionó con inmediatez sentando a Joao Afonso y colocando en su lugar a Jona, para así buscar más mordiente ofensiva. El problema era que el Cádiz estaba mucho más metido en el choque y daba la sensación de que con poco fútbol eran capaces de hacer mucho más daño. Hasta el descanso, nada reseñable en ataque. El Córdoba estaba fundido anímicamente.

Ni con toda la artillería sobre el campo –sobre todo con la entrada de Javi Galán en el 60’- generaba peligro el Córdoba. Apenas un disparo de Guardiola que rechazó Cifuentes en el 57’ fue el bagaje del primer cuarto de hora del segundo tiempo. También el balear protagonizó otro disparo desviado tras una dejada de Jona, pero lo cierto es que el 4-4-2 no estaba rentando prácticamente nada.

El Córdoba no se parecía en nada al de la pretemporada. De hecho, su peligro llegaba a partir de centros lejanos. Uno de Pinillos fue rematado por Guardiola y desviado por Cifuentes en el 74’. Ya en el descuento, Jona se plantó delante de Cifuentes para estrellar su chut en su cuerpo y en la última acción del encuentro, un centro desde la izquierda fue perfectamente rematado por Markovic al fondo de las mallas en un gol que precedió inmediatamente al pitido final.

Así, el equipo blanquiverde consumó su primera decepción de la temporada ante un rival con muchas más hechuras y que entendió mucho mejor el partido. Queda mucho, pero es preciso mejorar.

CÓRDOBA C.F. Stefanovic; Fernández, Joao Afonso (Jona, 37’), Josema, Pinillos; Edu Ramos, Aguza, Javi Lara; Jaime Romero (Javi Galán, 59’), Guardiola y Alfaro (Markovic, 70’).

CÁDIZ C.F. Cifuentes; Carpio, Servando, Marcos Mauro, Bijker; José Mari (Abdullah, 34’), Garrido; Salvi (Álex, 51’), Aitor García (Róber Correa, 76’), Álvaro García; David Barral.

GOLES: 0-1 (1’) Barral; 0-2 (32’) Álvaro García; 1-2, Markovic (95’)

ÁRBITRO: Gorostegui Fernández (vasco). Amarilla a Barral (29’)

INCIDENCIAS: primer partido de Liga 1,2,3 17-18 disputado en el estadio de El Arcángel ante 13.000 espectadores, con nutrida presencia de seguidores cadistas en la grada.