0-1. No da para más

10 de noviembre de 2017 | Liga 1,2,3 | Toni Cruz

Osasuna se lleva la victoria de El Arcángel con la ley del mínimo esfuerzo en otro partido en el que el Córdoba mostró sus deficiencias en defensa y su nulidad en ataque.

La fragilidad defensiva de siempre y la nulidad atacante de los últimos tiempos propiciaron otra derrota del Córdoba –la décima en catorce jornadas-ante un Osasuna al que le bastó defender con orden y aprovechar uno de los regalos de su rival para ganar.

Como el Córdoba no funcionó en Lorca, Merino optó por remodelarlo casi por completo. De su 4-4-2 que parecía incuestionable pasó a un 3-5-2 o 5-3-2 –según se quiera leer- que hacía titulares con respecto al último duelo a Vallejo, Caballero y Aguza en lugar de Pinillos, Jaime Romero y Javi Lara. Por su parte, Diego Martínez el equipo con el que empatara ante el Granada con la salvedad del ex cordobesista Xisco, que entró en lugar de David Rodríguez.

Las intenciones parecían buenas, pero -tras el primer “González vete ya” de la noche en el minuto 4- Lucas Torró avisó en el minuto 7 en un saque de esquina mal defendido que terminó con un disparo a la media vuelta del ex madridista que estuvo a punto de sorprender a Kieszek.

La idea de arropar el centro del campo para permitir las subidas por bandas de Fernández y Javi Galán precisaba de una presión intensa que, al menos en el tramo inicial, el Córdoba conseguía llevar a cabo para dificultar la salida de balón rival. Además, Osasuna estaba muy impreciso en las entregas y erraba una y otra vez.

En el 17’, segundo susto: un balón que Xisco le gana a Joao y que consigue llevar delante de Kieszek, que salva in extremis. En la siguiente acción, Sergi Guardiola se ganó –a juicio del árbitro Arcediano Monescillo- una tarjeta amarilla que le impedirá estar en el choque ante el Sevilla Atlético.

Hasta el descanso, el buen trabajo del Córdoba apenas lució porque sus acciones se nublaban cuando se acercaban a la portería de Sergio Herrera. Apenas un chut muy desviado de Aguza se puede contabilizar como jugada de relativo peligro.

Y, tras salir del vestuario, lo de casi cada fin de semana. Una acción en banda izquierda tras robo permitió a Sebas Coris apurar línea de fondo y poner un centro perfecto para que Xisco Jiménez, de cabeza y ante la pasividad absoluta de Josema, enviara a la red perfectamente el 0-1. Era el 50’ y los nervios se apoderaron de un equipo que pudo haber sufrido su segundo golpe acto seguido que podría haber sentenciado el choque prematuramente, pero Kieszek repelió el chut de Roberto Torres.

En mitad de un ambiente insoportable por los cánticos, el Córdoba buscó una rápida reacción que llegó en una doble ocasión de Edu Ramos y otra de Sergi Guardiola. Pero nada, de hecho fue Osasuna quien pudo haber vuelto a marcar en otra acción en la que Roberto Torres rompió a Vallejo y disparó ligeramente desviado.

Merino, viendo el panorama, quitó primero a Caballero y colocó a Markovic y luego a Joao Afonso y metió a Jaime Romero. Pero nada, el equipo era un desastre a la hora de crear juego y tampoco parecía seguro en defensa. Quique pudo haber colado el segundo en el 87’ en otra transición que no pudo ser cortada por la cobertura cordobesista.

Así fue muriendo otro partido infame en un Arcángel prácticamente desértico y que cada vez asume con más sobriedad que, si no se produce una revolución en enero, este equipo competirá la próxima temporada en Segunda B.

CÓRDOBA Kieszek; Vallejo, Joao Afonso (Jaime Romero, 76’), Josema (Alfaro, 84’); Fernández, Edu Ramos, Aguza, Caballero (Markovic, 66’), Javi Galán; Sergi Guardiola y Jona.

OSASUNA Sergio Herrera; Lillo, Aridane, Oier, Clerc; Tienza (Arzura, 69’), Lucas Torró, Roberto Torres (Unai García, 85’), Sebas Coris (Mateo, 56’); Xisco y Quique González.

GOL 0-1 Xisco Jiménez (50’)

ÁRBITRO Arcediano Monescillo (manchego). Amarillas a Joao Afonso, Sergi Guardiola,  Aguza y Javi Galán para el Córdoba y a Tienza, Roberto Torres y Lillo para Osasuna.

INCIDENCIAS partido de la decimocuarta jornada de Liga 1,2,3 celebrado en el estadio de El Arcángel ante unos 8.000 espectadores.