El Ángel Ximénez inicia unas reflexivas vacaciones

14 de diciembre de 2015 | Balonmano | Pablo Mansilla

El Ángel Ximénez Puente Genil cerró el pasado sábado contra el Globalcaja Ciudad Encantada de Cuenca, por estadísticas y puntos, la peor primera vuelta de su historia desde que milita en la Liga ASOBAL. En su tercera temporada en la máxima categoría del balonmano español, el conjunto pontanés no ha podido superar los registros de anteriores temporadas. En la 2013/2014 se terminó con 9 puntos con Antonio Ortiz en el banquillo, mientras que en la temporada pasada, con Fernando Barbeito, acabaron con 10 puntos. Sin embargo, la igualdad que hay entre los equipos de la zona media baja en la clasificación contribuye a que el equipo esté, a día de hoy, salvado; aunque desde el club son conscientes de que el parón navideño será de mucho trabajo para la directiva y para el cuerpo técnico que liderará, por el momento en solitario, Javier Cabanas, tras la marcha de Manolo Ortega, segundo entrenador y preparador físico, a Bahrein para volver a formar un tándem con Fernando Barbeito.

El proyecto del club que preside Mariano Jiménez iba encaminado esta temporada a consolidar al primer equipo en la ASOBAL. Sin embargo, un cúmulo de circunstancias negativas han influido en que el objetivo ahora no sea otro que la permanencia. Siempre lo ha sido, pero la ilusión de la masa social era amarrarla cuanto antes para pensar en acabar la liga en una posición mejorada con respecto a años anteriores. La lesión de Nacho Moya en la jornada 4 fue un mal menor, hasta que la baja de Chispi por el grave problema en su rodilla mermó la primera línea. La ausencia del líder del equipo ha sido un jarro de agua fría que la plantilla ha tratado de asimilar, pero ha sido, reconocido por algunos jugadores del equipo, más sensible de lo que ellos mismos esperaban. Asimismo, y ante la difícil adaptación de Nikola Potic, único zurdo de la primera línea, y la falta de oportunidades a muchos jugadores han propiciado que muchos jugadores hayan acumulado una carga de minutos excesiva y que han hecho mella en el físico de una plantilla corta en la que Mario Porras también ha sido uno de los que ha forzado partido tras partido desde hace semanas por una pubalgia.

Otra historia es la trayectoria del equipo fuera de casa. Habiendo jugado partidos contra la mayoría de los de la zona alta lejos de Puente Genil, los cordobeses no han podido sumar ni un solo punto, basando un año más su mayor fortaleza en el Miguel Salas; donde han ganado cuatro partidos (Sagunto, Teucro, Villa de Aranda y Aragón). No cabe duda de que los refuerzos, tal y como se reconoce desde la directiva, van a llegar para mejorar a un equipo que necesita un plus en forma de fichajes que fortalezcan los laterales.