Aunque no sea una verdad rotunda y absoluta porque siempre hay excepciones, los partidos a final de temporada suelen decantarse a favor de los que tienen algo en juego. El partido del Espeleño ante el Algeciras no fue una de esas excepciones que confirman la regla y la victoria se la llevó el más necesitado. Los gaditanos se jugaban continuar en puestos de playoff y, ante eso, poco más puede hacer un equipo que ya da por concluida su temporada.
Eso sí, nadie debe caer en el error de pensar que los de Rafa Navarro viajaron pensando más en la playa que en competir, porque estará muy equivocado. El Espeleño tuvo sus oportunidades para traerse de vuelta algo más que un empate, bien por su saber estar en el campo, bien por el miedo a vencer que podía llegar a atenazar las piernas de los jugadores locales. Esto último es lo que provoca las sorpresas de última hora en las jornadas finales pero, como hemos comentado, el encuentro del domingo siguió el plan previsto. Sin novedad.